Hay tantos elementos a controlar si hacemos el mantenimiento de la moto nosotros mismos, que alguno se nos puede escapar. ¡Incluso los más sencillos de controlar! Hablamos, por ejemplo, de la presión de los neumáticos; muchos motociclistas se acuerdan de controlar la presión solo cuando se topan, por casualidad, con un manómetro en una gasolinera.
Sin embargo, llevar un control regular de la presión de los neumáticos es imprescindible para la seguridad en la carretera. En este blog aprenderás por qué es importante controlar la presión y cómo y cuándo tienes que hacerlo:
La presión de los neumáticos es importante para la seguridad del conductor, ya que afecta a la estabilidad en la carretera. Además, los neumáticos duran más y consumen menos combustible cuando no están blandos. Por tanto, llevar los neumáticos correctamente hinchados es importante para tu seguridad, para tu bolsillo y para el medio ambiente.
La presión correcta de los neumáticos depende de varios factores, como el estilo de conducción que practiques, el tipo de neumático, el modelo de la moto, la superficie y la carga.
En general, puedes saber qué presión aplicar según los valores establecidos por el fabricante, que normalmente están escritos en una etiqueta ubicada en el marco que hay debajo del asiento de tu moto.
La presión adecuada para el tipo de neumáticos que lleva tu moto también suele estar escrita en el propio neumático.
La principal ventaja de una presión de neumáticos relativamente baja es que hace que tengan un agarre inmediato, ya que los neumáticos se calientan mucho más rápido.
Además, conducir con una presión más baja es más cómodo para algunos motociclistas.
Si los neumáticos están demasiado blandos tendrás un mayor consumo de gasolina y tus neumáticos se desgastarán más rápidamente. Además, una presión demasiado baja puede hacer que estos se desgasten de forma más irregular. Como los neumáticos con presión baja se calientan más rápido, existe más riesgo de sobrecalentamiento, lo que podría provocar la desintegración del caucho.
Sin contar con que los neumáticos sobrecalentados pueden perder su forma, lo que, por supuesto, tiene un gran impacto en la estabilidad en las curvas.
Los expertos recomiendan comprobar la presión de los neumáticos cada 500 km. Puedes hacerlo en cualquier estación de servicio, donde a menudo tienen un manómetro; o incluso en casa, si adquieres uno sencillo.
También existen otras herramientas más sofisticadas que pueden ayudarte en el mantenimiento de tus neumáticos, como por ejemplo unas tapas de válvula que se comunican con un contador ubicado en el cuadro de mandos de la moto y que te indican constantemente qué nivel de presión tienen los neumáticos de tu moto.
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